III

Sunghoon aún permanecía junto al pequeño río mientras sus manos se paseaban por la superficie de este. Sunoo se acercó al humano, colocándose en medio de sus piernas para poder recostarse en el cálido cuerpo de el. Sunghoon por su parte solo pudo sentir su cuerpo calentarse al sentir el cuerpo de su amo recostarse sobre el. Quería llevar sus manos a su cabello, pero era demasiado atrevimiento. Pero por más que quiso contenerse, una de las manos del chico se dejó posar sobra las blancas cabelleras del vampiro, quien solo se dejó acariciar e incluso reposó su mejilla en el muslo del de oscura cabellera. Era como si sus almas fueron concebidas desde un principio para conocerse y permanecer juntos por siempre.

Sunghoon pudo sentir el sedoso cabello de su amo, mientras que un silencio les rodeaba acompañado del suave y confortante sonido de la cascada chocar con la superficie del río. El humano suspiro al poder estar en paz aún en mundo donde ellos vivan con el temor de los seres como lo eran su amo. El corazón de Sunghoon se llenó de calidez el pensar en lo amable que era Sunoo y el duque con el. Realmente agradecía el haber sido comprado por ellos.

—¿Puedo hacerle una pregunta Sunoo? —el humano habló

—Claro. ¿Qué te inquieta? —respondió Sunoo elevándose para mirar a su humano a los ojos

—¿Por qué es tan amable conmigo? —Sunghoon miro a aquellos ojos escarlata

Sunoo tomo su mano para dar un beso en el costado de ella, luego en su muñeca, sin romper contacto visual con el humano —¿Sabes lo precioso que eres Sunghoon? Debes ser tratado con delicadeza, con amor; como lo que eres, un diamante.

Sunghoon sintió sus mejillas tornarse carmesí. Era muy halagante el recibir tantos cumplidos del que era su dueño, la persona que tenía "derecho" de tratarle mal, pues había pagado una suma grande de dinero por el. El pelo negro aún no comprendía a totalidad las acciones del joven príncipe, pero solo podía comprender que poco a poco estaba dándose cuenta que aquel joven vampiro le llenaba de tranquilidad.

Sunoo se levantó para luego extender su mano a Sunghoon quien la tomo sin duda alguna. El de cabellos plateados camino un poco más cerca de la orilla del río, siendo seguido por Sunghoon. El vampiro saco lo que parecía ser una carta para luego introducirla al agua. El humano se quedó perplejo por el acto de su amo, pero no se atrevió a preguntar. Claramente, Sunoo noto la expresión del chico y soltó una risa mientras sus colmillos se mostraban.

—¿Curioso Sunghoon? —sonrió el príncipe

—Oh...bueno...me preguntaba el porque coloco esa carta en el agua...—Sunghoon se sonrojo al ser encontrado en su curiosidad

—Es la manera en la que le comunico cosas a mi amigo. Las cartas están preparadas para que el agua no afecta ni la tinta ni el papel

Sunghoon asintió sorprendido. A
Habían tantas cosas que el humano ignoraba debido a el egoísmo que había entre los vampiros para que los humanos también pudieran tener conocimiento básico. El chico por un momento sintió molestia al pensar en que sería de su hermano que cursaba sus 10mo grado de colegio. ¿Cuántas cosas ignoraria?

Sunoo noto el ceño fruncido de su humano. Con delicadeza, camino hasta el, llevando su mano a la mejilla del chico, acariciandole con suavidad y dulzura. Sunghoon inmediatamente relajo su rostro, cerrando sus ojos mientras tomaba la mano de Sunoo para darle un beso en la palma. El pelo blanco sonrió al ver como el chico agarraba confianza en el poco a poco.

—Sera mejor volver. Pronto saldrá el sol y debo cuidarle —susurro Sunghoon

—Te sigo —el vampiro tomo la mano del pelo negro para caminar hasta el palacio juntos

Al llegar al castillo, Sunoo pidió que no se le molestese y que se llevaría a Sunghoon con el. El pelo negro sonrojo en extremo y se avergonzo escondiéndose su rostro, sin percatarse de las sonrisas traviesas de los demás trabajadores del castillo. El pelo blanco llevó a Sunghoon a su habitación, cerrando la puerta tras el para luego tomar asiento en el escritorio que había en la habitación.

Sunghoon observó a su amo, desviando su mirada a la ventana, notando que el cielo empezaba a iluminarse, indicando que pronto le tocaría ir a descansar. El chico camino hasta el ventanal gigantesco, cerrando las cortinas, para luego encender una lámpara con un fósforo cercano, llevándola al escritorio del vampiro quien parecía escribir una carta.

Sunghoon no quería interrumpirle, así que de dio una vuelta por la habitación, buscando si podía limpiar o ayudar en algo. Para su sorpresa, todo estaba en orden y muy limpio. O el príncipe era alguien muy ordenada o simplemente limpiaban diariamente; Sunghoon se inclinó más a pensar que el principe era organizado. Observó los muchos estantes llenos de libros de educación sobre los vampiros. Se notaba que les gustaba estudiar sobre ellos mismos para conocerse mejor.

El pelo negro sintió un poco de rencor al recordar que lo humanos tenían un conocimiento muy reducido de los que eran la mayoría en la sociedad. Haciendo que el manipularlos fuera más sencillo. Pues no hay mejor cosa para un líder que gobernar un pueblo pequeño ignorante. Sunghoon sabía lo que sabía de los vampiros gracias a sus habilidades para escabullirse en las bibliotecas privadas. Y aún así, su conocimiento era muy reducido a la inmensa información que había sobre los vampiros.

Sin percatarse, Sunoo le observaba desde lejos. Notaba sed de conocimiento en sus ojos. Algo que había enamorado más a Sunoo la primera vez que le vio. Esos ojos llenos de ambición y deseo por conocer algo que era prohibido para algo. Un aura desafiante a las reglas, algo que el vampiro disfrutaba, el ver cómo las demás familias reales le miraban con desaprobación al ser "condescendiente" con los humanos. Algo que Sunoo consideraba con ser empático, cosa que su especie carecía a unas pocas excepciones.

—¿Te han dicho que tienes una mirada llena de curiosidad por lo prohibido, Sunghoon? —comento Sunoo desde su escritorio, llamando la atención del pelo negro

—Ah...bueno...es la primera vez— respondió Sunghoon volteando a ver al de cabellos plateados

—Sabes, ahora que ya estás aquí, considero que deberías instruirte más.— opinió en vampiro— No me mal interpretes, eres bastante inteligente; me refiero a nosotros, los vampiros

Los ojos del humano se iluminaron a pesar de que su expresión facial ocultaba su emoción— ¿Sería eso prudente?

—¿A caso eso importa? Si tanto te preocupa, entonces es una orden. Te ordenó que te llenes de conocimiento sobre los vampiros. Lee cada uno de los libros que encuentres en esta casa y asegurate de aprender cada mínimo detalle nuestro. Si te llegó a atacar la ley, hechame la culpa. Tu solo seguías órdenes de tu comprador —una sonrisa traviesa se dibujó en los labios del vampiro

Sunghoon sonrió de lado de manera sutil— Lo que usted ordene, Sunoo

El de blanca cabellera se acerco con delicadeza hasta su humano, pasando su mano por su pecho, tomando luego su mano hasta llegar a su muñeca. Lugar donde dio una pequeña lamida. El ojos escarlata busca aquellos oscuros ojos, los cuales rápidamente conectaron con el. Sunoo no necesito decir palabra alguna para pedir lo que quería, Sunghoon simplemente asintió levemente con su cabeza al príncipe quien sin más que esperar, introdujo sus colmillos el la calidad piel del humano, succionando su sangre.

Sunghoon sintió una corriente recorrer su cuerpo al sentir los colmillos perforar su piel, mientras aquellos labios le rozaban; esas largas pestañas adornar esos rubis que tenía por ojos su amo, ese suave tacto sostenerle mientras su sangre corria con velocidad por sus venas. A pesar de ser algo que se deberia considerar doloroso, la tensión que rodeaba a ambos se volvió alta, llegando al punto donde se podía sentir el calor aumentar.

Sunoo retiro sus colmillos de la piel del humano, lamiendo la herida, para curarla. Los ojos del humano era la descripción viva de la lujuria y esto emocionaba al vampiro, pero sabía que Sunghoon no haría nada. No hasta sentirse listo, algo que el respetaria. Ya había esperado uno cuantos años por el; unos cuantos meses más se irían volando.

Sunghoon recuperó sus sentidos para luego hablar—Sunoo...será mejor que descanse. El sol saldrá pronto y debe descansar

—Solo si duermes conmigo— Sunoo entrelazó sus manos

Sunghoon se sonrojo— Pero Sunoo, es su cama, como puede un hum...

Sunoo le interrumpió —Te prohíbo que te desprecies solo por ser un humano, Sunghoon. Esa es tu esencia y no hay nada de que avergonzarse de ello

El corazón del chico latió con fuerza al oír al vampiro pronunciar aquello. El apreciaba su naturaleza "normal", apreciaba su verdadero ser. Las mejillas del chico se tornaron extremadamente rojas mientras que su cuerpo se sentía cálido. —Esta bien Sunoo. No lo haré de nuevo

—Muy bien— Sunoo volvió a su dulce tono —¿Entonces, vas a abrazarme hasta dormirme?

Sunghoon sonrió con calidez— Lo que mi señor ordene

Sunghoon se cambió a su pijama para luego acomodarse en la cama del principe, quien ya le esperaba ahí. El humano abrió sus brazos recibiendo en frío y pequeño cuerpo de su amo, abrazandole hacia el. Sunoo paso una por el pecho de Sunghoon, oliendo la esencia de él, trayendo paz y comodidad a el. Sunghoon por su parte, acariciaba en suave cabello del principe.

A pesar de que solamente se encontraban acurrucados, listos para dormir; aquel momento se sentía tan íntimo y especial. Ambos disfrutaban de la respiración y esencia mutua. Y es que Sunoo empezaba a emitir un dulce aroma a un campo de rosas. Un olor que gustaba mucho a Sunghoon. Pero al estar ambos tan somnolientos, ni Sunoo tenía cabeza para preocuparse y Sunghoon no podía ni siquiera recordar su propio nombre. Así que, ¿Como recordaría que el príncipe Sunoo era un vampire de rosa  y que pronto llegaría su ciclo de fertilidad?








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